La recuperación del trauma relacional complejo se apoya en dos esfuerzos principalmente, el de
conferirle un sentido a la experiencia traumática en el conjunto de la biografía de las víctimas y el
de restaurar en las víctimas la competencia como narradores y protagonistas de su propia
experiencia, de manera que le permita volver a vincularse de manera adecuada con otras personas.
El ingente desarrollo de técnicas y modelos de intervención de la última década, especialmente con
el avance de las neurociencias, corre el riesgo de focalizar la técnica por encima del marco de la
reconstrucción personal. En este artículo proponemos que la intervención terapéutica debe
encuadrarse entre la vivencia subjetiva y la legitimación social del daño sufrido y que la narrativa es
la principal herramienta para llevar adelante esta tarea.
La narrativa como marco para una perspectiva integradora del trauma relacional complejo.
Puede que las historias que nos contamos sobre nosotros mismos no sean verdad, pero son lo único que tenemos.
J. M. Coetzee
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